PREÁMBULO DE LA SUSPENSIÓN DE CULTOS EN 1926

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destacar que el documento advierte que los templos, en cuanto sean abandonados, deben ser entregados con riguroso inventario por los sacerdotes a las autoridades y se señala cómo es que estas a su vez deberán entregarlos a una junta vecinal de diez integrantes, y si no se encuentran conformadas dichas comisiones civiles, se establece que se deben crear juntas entre individuos que cuenten con antecedentes de honorabilidad, pero el texto es muy claro en lo respectivo a la prohibición de que los templos se confíen a comisiones o individuos nombrados por sacerdotes u obispos católicos, lo cual, según información del «Diario de San Miguel el Alto, Jal.», parece ser que no se cumplió plenamente en nuestro municipio ya que dicha fuente apunta que los señores encargados de los templos mucho ayudaron al señor cura; estos eran J. Ladislao Lozano, Rafael Moreno, Silviano Casillas, José Pérez González, Nemesio Franco y Pedro Casillas Lozano.
Noventa y siete años después del telegrama citado, es importante que nos interesemos en conocer nuestra historia y en entender el contexto en que se suscitó La Cristera.
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Descripción

Dentro de 3 años se cumplirá 100 años del inicio de La Guerra Cristera y a propósito, en esta ocasión hablaremos de un telegrama encontrado en el acervo de Archivo Histórico Municipal, con fecha del 28 de julio de 1926, en el cual el Gobernador del Estado C. Zepúlveda comunica al primer edil y a las autoridades locales las medidas a tomarse frente a lo que ellos llaman «suspensión del servicio del culto público».
Cabe destacar que el documento advierte que los templos, en cuanto sean abandonados, deben ser entregados con riguroso inventario por los sacerdotes a las autoridades y se señala cómo es que estas a su vez deberán entregarlos a una junta vecinal de diez integrantes, y si no se encuentran conformadas dichas comisiones civiles, se establece que se deben crear juntas entre individuos que cuenten con antecedentes de honorabilidad, pero el texto es muy claro en lo respectivo a la prohibición de que los templos se confíen a comisiones o individuos nombrados por sacerdotes u obispos católicos, lo cual, según información del «Diario de San Miguel el Alto, Jal.», parece ser que no se cumplió plenamente en nuestro municipio ya que dicha fuente apunta que los señores encargados de los templos mucho ayudaron al señor cura; estos eran J. Ladislao Lozano, Rafael Moreno, Silviano Casillas, José Pérez González, Nemesio Franco y Pedro Casillas Lozano.
Noventa y siete años después del telegrama citado, es importante que nos interesemos en conocer nuestra historia y en entender el contexto en que se suscitó La Cristera.


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